martes, 8 de noviembre de 2011

ANECDOTARIO: El cierre de los tres diablos

Verano de 1970
Esparza, Puntarenas. CR.

Bajo el sol abrasador del Pacífico, en un sector residencial cerca de una congregación religiosa; nos recomendaron visitar al Pastor.  La casa sencilla pero bien equipada. La familia muy amable. La presentación de ventas transcurrió  con toda normalidad pero se nos “trancó” el cierre.  El cliente era del tipo sumiso-amistoso y quería darle “largas” a su decisión de compra.

Aplicamos todos los cierres que conocíamos para refutar esta objeción: “Déjeme pensarlo”. Pero esta vez el cliente no reaccionó. Como los Pastores son dados a hablar de los efectos, que sobre los humanos causan las fuerzas  bien y del mal y se mostraba muy receptivo;  recurrimos, con todo tacto y mucha simpatía, a narrarle la historia de los tres diablos. La historia se escribió de la siguiente manera:

 VENDEDOR:
- Créanos, señor Pastor,  las oportunidades hay que aprovecharlas cuando todo apunta a su favor, ¿que gana con postergar la situación sobre algo que evidentemente ustedes necesitan?...  A propósito, conoce usted la historia de los tres diablos. El pastor sonrío y nos pidió que se la contáramos.

“Bueno, el señor Satán se encontraba en el infierno un día y estaba tratando de encontrar la forma de atrapar a toda la gente de la tierra. En ese momento se acerca un diablo y exclama:” Yo sé cómo conseguir que el 50% de todas las personas de la tierra se vengan para acá”. Seguidamente, Satán muy entusiasmado pregunta: -- ¿Y cómo vas a hacer eso?

El primer diablo responde: “Me vestiré como mortal e iré a la tierra y diré a todo el mundo que  NO hay Dios ni diablo, ni cielo ni infierno, ni bien ni mal y que pueden hacer todo lo que les venga en gana y de esta forma le  prometo que traeré el 50% de la gente de la tierra al infierno. El señor Satán declaró que le gustaba la idea. De súbito un segundo diablo avanza y dice a ambos que él puede traer el 75% de toda la gente de la tierra al infierno. El señor Satán y el primer diablo asombrados preguntan al segundo que cómo lograría esto. El segundo diablo afirma:

- Subiré a la tierra, también disfrazado de mortal, pero diré a toda la gente que hay cielo, que hay infierno, que hay Dios y que hay diablo, por lo que es mejor que asistan a las iglesias todos los domingos por la mañana y por la tarde, además de las noches de  miércoles; pero en cambio, durante el resto de la  semana  pueden hacer lo que se les venga en gana, sin ningún límite.  A Satán en realidad le agradó esa idea, pues pensó que ese plan era el que debía seguirse, cuando inmediatamente un tercer diablo afirma que él podría hacer que todo el mundo de la tierra fuera al infierno, es decir, el 100% de las personas. El señor Satán se lo quedó mirando asombrado y preguntó al tercer diablo cómo lo lograría.

El tercer diablo dijo que se disfrazaría como mortal e iría a la tierra, pero diría a toda la gente que si había un Dios, que había un diablo, que había cielo, infierno; que había bien y que había mal y que todos los que no siguieran  las enseñanzas de la Biblia y aceptaran al Señor, automáticamente irían derecho al infierno;  PERO, antes que aceptaran estas cosas, el tercer diablo iba a dar a la gente de la tierra, todo el tiempo del mundo para reflexionar sobre eso, para PENSARLO. El tercer diablo sabía que cuando pensamos mucho una decisión, difícilmente la llevamos a cabo.

-  Ahora bien, porque no volvemos al motivo de nuestra visita, antes que nos lleve el diablo. El cuento nos volvió a meter en la pelea .El pastor no aguantaba la risa. La venta se cerró motivada por un “incentivo estratégico” que teníamos reservado para el final. El olor a azufre se disipó.


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