martes, 8 de noviembre de 2011

ANECDOTARIO: El cierre intrigante

Verano de 1969. Zona Sur, San Pedro, Pérez Zeledón. CR.


Por aquellos años, un caserío con limitadas oportunidades de venta; a no ser por dos hermanos que eran, por así decirlo: “Los caciques del pueblo”. Se acercaban las Fiestas Patronales y entre las dos familias existía una relación “tirante”.

La labor de investigación previa nos llevó a la conclusión de que únicamente calificaban para la compra de nuestros productos, estas dos familias. Pero existía un problema; siempre existe un problema.
Uno de los hermanos era dado a equipar  su hogar, sólo con lo mejor; de hecho cuando hicimos el primer contacto, quedamos maravillados con los pisos brillantes de la casa que semejaban espejos, la cocina blanca e impresionante, lo mismo que la refrigeradora. Todo brillaba de limpio. Todo era de primera. La presentación transcurrió “sobre rieles” la venta estaba segura y seguro que vendimos.

El reto era el otro hermano, la otra familia: Piso de tierra y mobiliario “apenas para el gasto”.  Cero gusto.Cuando  finalizamos la presentación de ventas, ocurrió lo que temíamos iba a ocurrir:
CLIENTE:
- Nosotros no podemos invertir en estos lujos. Estas ollas son muy caras y dudo que alguna familia del lugar pueda comprarlas. -
VENDEDOR:
- No se preocupen por eso, nosotros sabíamos, de antemano, que ustedes no iban a comprar; ya nos lo habían advertido en el pueblo. Comentan que ustedes tienen mucho dinero pero que no lo invierten en cosas buenas para la casa...! Ustedes saben cómo es la gente - No hay que hacerles caso! De todas formas estamos  muy agradecidos  por la forma, tan amable como nos han recibido.
Antes de retirarnos, les informamos que una familia, vecina del lugar, compró  nuestros utensilios y la señora está muy contenta en poderlos lucir en la cocina de las próximas Fiestas Patronales. Ella está muy contenta porque va a provocar comentarios muy positivos entre los vecinos y por ser la única familia en el pueblo que pueden darse ese lujo.

CLIENTE: ¿ y QUIÉN LES COMPRÓ?....Les mostramos el contrato.  Nos salvo la maldita envidia. El "cierre" fue inmediato. 

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